La travesía, que incluye un viaje redondo a la luna y tiene una duración de ocho o nueve días, se llevaría a cabo a bordo de una nave espacial rusa, modelo Soyuz, que tiene lugar para tres tripulantes: el comandante de la misión y dos acaudalados aventureros que decidan invertir esta suma en vivir la experiencia. En el trayecto la nave probablemente pararía una noche en la Estación Espacial Internacional (ISS), lo cual añadiría 20 o 30 millones más al costo de la experiencia. Posteriormente la nave “peinaría” la superficie lunar a solo 62 millas de distancia, lo cual ofrecería a los cosmonautas un paisaje del que, oficialmente, solo 24 personas han podido gozar a lo largo de la historia humana.




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