Y es que la respuesta no es asunto baladí, pues hace unos 5 años se publicó en la revista Science que los circuitos neurológicos de la risa existen en las regiones más antiguas del cerebro, por lo tanto animales distintos al hombre también podrían manifestar su felicidad con una carcajada.

El caso era comprobarlo. Para ello llamó al comediante británico Milton Jones, para que ejecutara una rutina de stand-up en un campo de vacas frisias, en un experimento destinado a demostrar si estos animales podían reír.

El cómico de la BBC radio tuvo a su disposición un escenario en toda regla y dos docenas de vacas, a las que deleitó durante media hora con una cuidada selección de gestos y chistes, que incluían clásicos bovinos del tipo “Fui el otro día a un mercado de agricultores y me compré un par de ellos. Tienen un sabor excelente” o “¿Cuánta leche da una vaca en su vida? ¡Lo mismo que en bajada!”

Milton Jones afirma que la escritura de comedias para vacas es una disciplina muy diferente a su trabajo diario. Pero como buen comediante profesional que es, él interpreta para su audiencia; así que tuvo que escribir un montón de nuevo material para conseguir realmente que las vacas se dejaran el cuero de la risa.

Durante la actuación, el experto en vacas Bruce Woodacre no se reía ni un poquito, pues estaba totalmente expectante a la reacción de los animales. Y lo que vio le sorprendió.

“Las vacas felices son más productivas, de eso no hay duda; y existe la posibilidad de que hayamos tropezado con algo. La mayoría de la cabaña se agolpó para ver al cómico e, incluso, algunas se empujaban para coger una buena posición”

Al parecer, las vacas tenían la boca abierta y sus orejas echadas hacia atrás, lo que indica que estaban relajadas y atentas al contenido de la actuación. Por supuesto no todo el público estaba atento a la perfomance, ya que “se escucharon algunos mugidos de desaprobación para las vacas que molestaban”.

Entonces, según este experto, ¿las vacas pueden realmente reír? La respuesta es…No. Aunque Bruce sí que se ríe después de recibir el pastizal que le ha pagado los de Bel UK (el fabricante de los minibabybeles y de “la vaca que ríe”) por prestarse a semejante charlotada.




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