“El problema fue que tras el busto de Lenin, mis amigos continuaron enviándome más y más estatuas que yo empecé a colocar en el jardín de mi casa donde se encuentra la piscina”, explicó el protagonista de “Terminator”, al añadir que transcurrido un tiempo su “hobby” comenzó a disgustar a su mujer.

Según Schwarzenegger, su esposa María Shriver pensó que el actor se había vuelto loco por reunir una colección de estatuas de líderes soviéticos y acabó por deshacerse de los bustos.

Sin embargo, el ex gobernador logró conservar el busto de Lenin, con el que comenzó la colección, y que ahora se encuentra en su despacho de la mansión de Brentwood, estado de California.

Schwarzenegger abandonó el pasado 3 de enero su cargo de gobernador de California y anunció la disposición de regresar a su carrera artística.




Fuente: RIA Novosti