Según medios locales, el más llamativo es el caso de la hermana mediana, Nasrin, que a sus cuatro años pesa 76 kilos. La pequeña, que ya al nacer pesó 10 kilos, se pasa la vida entre hospitales y clínicas en lugar de jugar con niños de su edad.
Según el abuelo de Nasrin, Shah Wasir, la dieta de su nieta se compone únicamente de patatas y arroz. Cuando se le ofrece otra cosa, rompe a llorar desconsoladamente, explica.
La hermana menor de Nasrin, Narguis, ya pesa 20 kilos a sus apenas 12 meses de edad. En cuanto a la mayor, Farida, de 14 años y 120 kilos de peso, empezó a engordar hace dos años, cuando se le fue el apetito y comenzó a alimentarse sólo de leche. En estos momentos, se encuentra ingresada en un hospital de Zaranj, capital de la provincia.
Lo curioso del caso de las tres hermanas es que su madre, de 33 años, y los dos hermanos varones, de 9 y 10 años, tienen un peso normal. El padre de la familia, un agente de policía, murió en un combate contra los talibán.
Según médicos afganos, la causa de esta obesidad insólita podría residir en un trastorno hormonal, por ahora incurable en Afganistán. La única solución para salvar la vida de las hermanas sería una intervención para eliminar el exceso de grasa, que, no obstante, sólo supondría una paliación temporal de su sufrimiento.
Fuente: RIA Novosti
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